El Popol Vuh es una recopilación de relatos de grupos étnicos, descendientes de los antiguos mayas que ocupaban el territorio Guatemalteco (los quiche y los cakchiquel). Fue escrito poco después de la conquista española por un indio quiche que aprendió a leer y escribir el idioma castellano. Contiene las ideas cosmogónicas y las antiguas tradiciones de este pueblo americano, la historia de sus orígenes y la cronología de sus reyes, hasta el año 1550.
El Popol Vuh cuenta que, el mundo era nada hasta que los dioses, el Gran Padre (creador) y la Gran Madre (hacedora de formas) decidieron generar la vida. La intención de ambos era ser adorados por sus propias creaciones. Primero crearon la Tierra,los animales y, finalmente, los hombres. También habla de las hazañas de los hermanos, Hunahpú e Ixbalanqué. (Nirsha Borda L.)
LA CREACIÓN DEL MUNDO
Al
principio no existía nada, solo estaba el mar en calma y el cielo en
toda su extensión solamente había inmovilidad y silencio en la
oscuridad de la noche, solo el creador Tepeu, Gucumatz. Meditaron
junto a otros dioses y se pusieron de acuerdo para hacer aparecer al
hombre, dispusieron la creación de árboles y bejucos el nacimiento
de la vida y del hombre. Dispusieron separar el agua de la tierra, la
noche y el día.
Hicieron
a los animales pequeños del monte, los guardianes de todos los
bosques, los genios de la montaña, los venados, los pájaros, luego
designaron la morada a los pájaros pequeños y a las aves mayores.
Estando terminada la creación de todos los cuadrúpedos y las aves,
les fue dicho por el Creador y el Formador y los Progenitores que
hablaran cada uno según su especie, que invocaran a sus dioses. Pero
se dieron cuenta que no era posible que los anímale invocaran sus
nombres. Por esta razón fueron sacrificadas sus carnes y fueron
condenados a ser comidos y matados los animales que existen sobre la
faz de la tierra.
Hubo
que hacer un nuevo ensayo de crear y formar al hombre por el Creador,
el Formador y los Progenitores. Hicieron al hombre de tierra y se
dieron cuenta que no podría multiplicarse. Luego lo hicieron de
madera y se dieron cuenta que hablaban pero no tenían sentimientos.
Los
hombres de madera fueron destruidos por una inundación, por un gran
diluvio. Esto fue para castigarlos porque no habían pensado en su
madre, ni en su padre. Y por este motivo se obscureció la faz de la
tierra y comenzó una lluvia negra, una lluvia de día, una lluvia de
noche. Llegaron entonces los animales grandes y pequeños, los
perros, las aves de corral a comérselos porque los hombres les
trataban mal y les hacían mucho daño, así fue la ruina de los
hombres que habían sido creados y formados, de los hombres hechos
para ser destruidos y aniquilados: a todos les fueron destrozadas las
bocas y las caras. Y dicen que la descendencia de aquellos son los
monos que existen ahora en los bosques; éstos son la muestra de
aquellos, porque sólo de palo fue hecha su carne por el Creador y el
Formador. Y por esta razón el mono se parece al hombre, es la
muestra de una generación de hombres creados, de hombres formados
que eran solamente muñecos y hechos solamente de madera.
Entonces
se dispusieron a hacer al hombre, a los que lo iban a sustituir, lo
hicieron de mazorcas de maíz amarillas y blanco. Fue así como
hicieron la carne y la sangre del hombre.
Los
nombres de los primeros hombres que fueron creados eran Balam-Qutze,
Balam-Acab, Mahucutha e Iqui-Balam, estos hombres no tuvieron padre y
madres solo fueron hechos. Fueron dotados de gran inteligencia, eran
tan poderosos. Y a los creadores Tepeu y Gucumatz no les gusto eso
porque se igualaban a ellos, entonces el corazón del cielo echo un
vaho sobre los ojos, sus ojos se velaron y solo pudieron ver lo que
estaba cerca. Así fue destruida su sabiduría.
Las
mujeres de Balam-Qutze, Balam-Acab, Mahucutha e Iqui-Balam fueron
hechas durante el sueño de estos. Ellos engendraron a los hombres, a
las tribus pequeñas y grandes, fueron el origen de la gente Quiche.
Existieron tres grupos; pero no olvidaron el nombre de sus padres y
sus abuelos, y se multiplicaron más allá en oriente.
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